Antes de hacer promesas para el año nuevo, reflexione si tiene la capacidad para cumplirlas porque sino serán palabras al viento como todos los años.
Vale la pena poner en armonía nuestro espíritu. Que la caridad sea lo primero. No dañemos premeditadamente a los demás. No hagamos trampa ni engañemos con el pretexto de que es por el bien propio o de alguien más.
No hay que devanarse los sesos: la miseria en Nicaragua no será resuelta por un gobierno nepotista, ni amordazando el periodismo, ni construyendo un canal interoceánico como utópicamente piensan hacerlo, ni mucho menos repartiendo bienes estatales entre sus amigotes.
No vengan a llorar a Nelson Mandela, si no aplican sus ideales. No digan que es un ejemplo, si tratan mal al prójimo. Ni vayan a misa o al culto el domingo, para que el lunes desprecien a sus colegas por su color de piel o condición social.
La mejor estrategia para tumbar un régimen revolucionario arcaico como el cubano es quitarle sus razones políticas e ideológicas contra los Estados Unidos.
Quien usa el chantaje emocional para conseguir sus objetivos manipuladores o lo hace para hacer sentir culpable a su pareja, por ejemplo, de ser mala madre o mal padre, es también despreciable.
Que se cuiden aquellos países donde pretenden imitar el modelo del socialismo del siglo 21, nocivo para la sociedad y fracasado como ideología.
¿Qué nos pasa?, como diría el actor cómico mexicano Héctor Suárez y su personaje Soyla que tanto nos hacía reflexionar en la televisión hace algunos años, frente al desinterés de la gente por cambiar el destino.
Una ironía es que el planeta tierra tiene suficiente capacidad para proveer alimentos a los más de 7 mil millones de habitantes y la otra es que donde más se padece hambre es en las naciones ricas en agricultura, ganadería, ríos y mares.
El problema no es la izquierda como tal. El peligro son los izquierdistas descarados que fingen luchar por el pueblo y llegan al poder a devastar las arcas del Estado.
La solidaridad debe comenzar en casa, como el mismo Francisco viene diciendo desde que, en marzo, asumió el papado. Los sacerdotes tienen la obligación de adaptarse a esta nueva era de conducta.
Uno de cada siete niños recibe por la Internet una proposición de tipo sexual de un depredador. Cada año las autoridades federales de Estados Unidos encausan judicialmente a cientos de personas por pornografía infantil.