Descubrieron el agua tibia: legalizar

Latinoamérica y narcotráfico

Cuando comencé a ir a Monterrey, atraído por la calidez de su gente, se enorgullecían al mencionar cómo la ciudad era un remanso de paz, mientras en el resto de México los carteles de la droga reñían a sangre y fuego.

Recuerdo haber ido a una galería de arte donde vendían obras de un pintor como taquitos al pastor en un mercado. Los más espléndidos compradores eran “ellos”. Al borde de la complicidad los regiomontanos decían que “ellos” habían “escogido” a Monterrey como refugio y que allí no molestaban.

Para no dañarles la ilusión callé: “Ellos” sacarán las garras en el momento en que se sientan acorralados, pensé. El remanso de paz comenzará a convertirse en un infierno.

Un par de años después entrevisté a Francisco Cobos, director de noticias de Televisa en Monterrey, valiente periodista quien había sido secuestrado y amenazado. Me contó, sin orgullo, cómo los colegas optaron autocensurarse por miedo a “ellos”.

Creerse vivir en un remanso de paz fue una manera de no admitir la verdad.

La violencia empeoró, mataron periodistas, policías y el que perjudicara al “oasis”. La estación de Cobos fue atacada el martes 6 de enero, con una granada y ráfagas de fusil.

La semana pasada jóvenes, azuzados por “ellos”, bloquearon vías para protestar contra las acciones del ejército en el combate a las drogas ilegales. A los dos días fue asesinado, en represalia, el comandante Ramón Jasso Rodríguez quien dirigió el operativo para desalojar a los manifestantes.

Al otro extremo del continente, en Brasil, descubriendo el agua tibia, varios ex presidentes, entre ellos Ernesto Zedillo de México y César Gaviria de Colombia, por fin se atrevieron a repetir en público algo que muchos expresamos desde hace más de una década: “En Latinoamérica se perdió la guerra contra las drogas ante las políticas de los últimos 30 años. Es urgente redefinir la estrategia: evaluar la despenalización del consumo de la marihuana, fortalecer el tratamiento de los adictos, y emprender ‘una lucha implacable’ contra el crimen organizado infiltrado en las instituciones.”

El texto hace parte del informe de la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia.

Hay que tener cuidado con la propuesta. No es tolerancia al consumo de drogas. Se deben planear políticas de salud pública, enseñándoles a los niños y jóvenes el daño que ocasionan los estupefacientes.

Tienen que aplicar controles a los insumos químicos, procedentes de Estados Unidos y Europa y castigar a los cómplices ocultos en las bolsas de valores del mundo por esconder el dinero sucio de sangre.

Este plan de legalizar las drogas debe ser global y Estados Unidos, a quien le ha preocupado más los dólares que se van hacia Latinoamérica que perder su juventud en la adicción, tendrá que asumir una carga mayor por su presunción de inocencia.

Monterrey es un pequeño foco de la violencia provocada por el narcotráfico. Todo México está viviendo un caos.

La infección propagada por “ellos” se notará pronto en Centroamérica, especialmente en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, donde hay codiciosos que reciben plata del narcotráfico.

“Ellos” no son angelitos que convierten las ciudades en cielos, aunque el dinero y la riqueza fácil lo haga creer.

Raúl Benoit
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Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

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