La lucha que se librará en México en los próximos años será más sangrienta y letal que la vivida hasta hoy. La captura del Chapo es un pequeño golpe a la gran industria del narcotráfico.

Los que conocemos el tema del narcotráfico porque lo cubrimos periodísticamente por décadas, sabemos que cuando cae un capo, surgen dos o tres. Eso es metástasis criminal.
El Cartel de Sinaloa, cuyo líder Joaquín “El Chapo” Guzmán fue arrestado recientemente, no estará exento de ese cisma, porque todos quieren ser capo de capos.
Hay un secreto que muchos desconocen y es que El Chapo dejó de hacer el trabajo sucio hace algunos años, es decir, no estaba al frente del envío de cocaína y de heroína porque se dedicaba a invertir su dinero y a manejar los negocios legalizados.
Quienes realmente se untan las manos son los supuestos socios de él: Ismael “El Mayo” Zambada, Juan José Esparragosa Moreno, alias “El Azul” y Dámaso López Núñez, conocido en el ámbito criminal como “El Licenciado”.
Este último es un ex funcionario de prisiones que se cree fue cómplice de la fuga del Chapo de la cárcel de “alta seguridad” de Puente Grande en Jalisco el 19 de enero de 2001. Él es el más probable sucesor del Cartel de Sinaloa, pero esto no evitará el conflicto interno porque las ambiciones son desmedidas.
Las autoridades estadounidenses le tienen los ojos puestos a López Núñez, a quien una corte federal de Virginia ya le abrió un expediente. El documento dice que Núñez obtuvo ganancias por 280 millones de dólares, introduciendo cocaína y heroína a los Estados Unidos.
Mientras tanto, la probable lucha interna del Cartel de Sinaloa beneficiaría a otros grupos como el de Tijuana, el adversario más fuerte de los sinaloenses, dirigido por Fernando Sánchez Arellano. También se lucrarán otros competidores del Chapo: La Familia Michoacana y la disidencia de éstos, Los Caballeros Templarios; igualmente el Cartel de Juárez y Los Zetas.
Lo que sí podemos estar seguros es que ese golpe al narcotráfico, que todos celebran, no acabará con el rentable negocio. México seguirá liderando el trasiego de las drogas y Colombia encabezando la producción mundial de cocaína.
En mi país el cartel más visible es el de la guerrilla de las Farc, porque después de la muerte de Pablo Escobar del Cartel de Medellín y de la captura y extradición de los hermanos Rodríguez Orejuela del de Cali, prácticamente las grandes organizaciones quedaron reducidas y surgieron grupillos en la metástasis criminal a la cual me refiero.
Por lo pronto, una estrategia que debe mantener el presidente de México Enrique Peña Nieto, es aislar a Guzmán, garantizando que no vuelva a salir de la cárcel como “Chapo por su casa” y de esa manera se evita problemas políticos y diplomáticos. Si se escapa de nuevo sería una vergüenza mundial. Pero, la maniobra más eficaz es extraditarlo a los Estados Unidos porque le quitaría un gran peso de encima al gobierno mexicano.
La lucha que se librará en México en los próximos años será más sangrienta y letal que la vivida hasta hoy. La captura del Chapo es un pequeño golpe a la gran industria del narcotráfico. Negocio para ambos lados de la frontera porque, los extraordinarios presupuestos de la guerra contra las drogas, a nadie le conviene eliminarlos.
Una pregunta para finalizar: ¿Qué hace tan poderosos a los narcotraficantes? La respuesta es simple: Las narices ávidas de polvo blanco de los drogadictos del norte.
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