«La Barbie» y sus camaradas

La sonrisita cínica que mostró el narcotraficante ante la prensa me hace sospechar que esconde muchos secretos y que anuncia desquite.

La Barbie
Edgar Valdez, «La Barbie».

Las autoridades de México lo muestran a modo de trofeo codiciado, pero él, a pesar de llevar grilletes, se ve como el vencedor.

Dicen que Edgar Valdez Villarreal, alias la Barbie, capturado el lunes 30 de agosto cerca al Distrito Federal, es un poderoso narcotraficante, sin embargo, los que saben del oscuro mundo del crimen organizado afirman que sólo fue un lugarteniente que seguía órdenes de los hermanos Beltrán Leyva, peligrosos mafiosos de Sinaloa y que por un tiempo sirvieron a Joaquín “el Chapo” Guzmán, el escurridizo de los capos, quien lleva prófugo 9 años.

En lo que sí están de acuerdo todos es que la Barbie luchaba para quedar en la historia como el más sanguinario. Ponía bombas, incendiaba negocios, decapitaba a sus presas y diluía a sus enemigos en ácido. El alias de Barbie viene de barbarie no de la muñeca gringa.

La guerra del narcotráfico en México ha dejado más de 28 mil muertos desde que el presidente Felipe Calderón asumió el poder en diciembre de 2006 y resolvió enfrentar a los carteles. Barbie lleva en sus hombros una buena parte de esa cifra.

Siendo subordinado pudo conocer las alianzas de sus jefes con narcos colombianos.

Uno de los proveedores importantes de cocaína a los carteles mexicanos es la guerrilla de las Farc, que también ofrece su destreza en terrorismo, mandando a subversivos que adiestran a sicarios.

Ante la muerte de su patrón Arturo Beltrán en diciembre, la Barbie quiso independizarse, pero no contó con que Héctor Beltrán, hermano sobreviviente del clan, también quería el poder del grupo y para conseguirlo regresó a los toldos del “Chapo” Guzmán que está convirtiéndose en el capo de capos. Todos se fueron contra la Barbie.

¿Qué tienen que ver las Farc en todo esto? Estaban coqueteando con el potencial “capito” y sabiendo que México atraviesa por una etapa de narcoterror, similar a la que sufrió Colombia a comienzos de los 90, le ofrecían servicios extras.

Si la Barbie buscaba aliarse en forma autónoma con grupos colombianos, valiéndose de las conexiones de sus patrones, sería un informante vital para conocer la participación de las Farc en el narcotráfico y su testimonio una pieza clave en un eventual proceso legal contra los cabecillas de esa banda criminal,  Alfonso Cano y Jorge Briceño.

Además, si en efecto la Barbie es quien dice ser, tendría que mostrar las pruebas de cómo los guerrilleros ayudan con su experiencia terrorista en la guerra mexicana. También podría revelar cómo los narcos aztecas pagan parte de los servicios a los camaradas colombianos, con armas y pertrechos bélicos.

¿Qué secretos guarda la Barbie? La sonrisita cínica que mostró ante la prensa me hace sospechar que esconde muchos y que anuncia desquite.

No obstante, el desvelo de los camaradas de las Farc, no es si los delatan. Su preocupación será reconectarse para seguir vendiendo la cocaína de sus laboratorios, porque México es una ruta esencial usada por los carteles colombianos.

Esperemos que al regresar deportado a Estados Unidos, su país natal, la Barbie no sufra amnesia y sólo delate a sus ex jefes mexicanos, porque así los bandoleros de las Farc quedarían impunes otra vez.

Raúl Benoit
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Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

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