¡Hija de su padre!

Tanto Keiko Fujimori como Ollanta Humala representan el populismo de Latinoamérica, una de derecha y el otro de izquierda. ¿Qué quieren los peruanos? Humala podría ser un lobo vestido de oveja, pero Keiko es la hija de un verdadero zorro de la política, quizás más sagaz y astuto.

Keiko Fujimori y Ollanta Humala, candidatos a la presidencia de Perú

Compadezco a los peruanos en estos momentos históricos porque resolver la encrucijada entre los dos candidatos a la presidencia es como quedar atrapados al borde de un abismo y decidir entre ser arrollado por una estampida de rinocerontes o lanzarse al vacío a un río profundo.

Ollanta Humala, carga sobre sus hombros la gran equivocación de haber recibido dinero de Hugo Chávez en su campaña pasada en la que perdió ante Alan García.

En 2006 el discurso de Humala fue radical. Pero en esta nueva campaña, sufrió una sospechosa metamorfosis ideológica. Tal vez intenta apaciguar las críticas sugiriendo que guarda distancia de Chávez, pero una cosa es lo que dice para ganar votos hoy y otra lo que marcó su pasado de militar de izquierda y que está escrito en su programa de gobierno el cual, sin lugar a dudas, sería aplicado en el futuro.

Por su parte, Keiko Fujimori es la hija de su padre. Algunos creen que con solo eso hay que tenerle miedo, pero otros piensan que ella es necesaria para que la izquierda latinoamericana no siga consolidándose y llevando al continente a una época de pérdida de libertades y acrecentar la pobreza.

Si bien es cierto que Alberto Fujimori salvó al Perú del terrorismo de Sendero Luminoso, también es verdad que para lograrlo usó la pena de muerte sin juicio legal y las desapariciones forzadas. Fue condenado a 25 años por delitos contra los Derechos Humanos y corrupción.

Fujimori es el arquitecto de la carrera política de su hija. Ella admitió en una entrevista a Univisión que él la empujó para que se lanzara al congreso.

Para nadie es un secreto que el padre de Keiko organiza la campaña desde la prisión, usando sus aliados y la superestructura política que posee.

Periodistas peruanos han denunciado cómo el ex presidente es visitado por secuaces, a la manera mafiosa y desde la llamada “suite imperial” en la cárcel, preparan los detalles de cómo subirán al poder a la “chinita”.

Keiko cumplió 36 años el 25 de mayo pasado, pero no por su edad dudan de ella. Le temen a que es hija de su padre. Los que voten por esta candidata deben saber que no gobernará solita.

En abril pasado juró por Dios que no indultará al papá, aunque muchos sospechan que ya se está cocinando el perdón, por parte del gobierno de Alan García.

Un grupo de 100 personas de la élite intelectual del Perú ha propuesto un voto vigilante para Humala en las elecciones del próximo 5 de junio. Es anti Keiko. Pero ¿de qué sirve eso? Si sube al poder, sin lugar a dudas, pondrá en práctica sus ideas izquierdistas.

Mario Vargas Llosa dice que tanto Keiko como Ollanta son un “peligro para el país”, pero prefiere al segundo porque “la dictadura no puede ser reivindicada”.

El premio Nobel aspira a que el candidato nacionalista “imite a otros líderes de izquierda democráticos de la región”. Yo espero que no siga los pasos de los “otros” socialistas que han usado la democracia para amarrarse al poder y abusar contra el pueblo, quitando la libertad empresarial, industrial y de prensa.

Tanto Keiko como Humala representan el populismo, una de derecha y el otro de izquierda. ¿Qué quieren los peruanos? Humala podría ser un lobo vestido de oveja, pero Keiko es la hija del lobo.

Raúl Benoit
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Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

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