Las charadas del Bufón

La diplomacia entre Colombia y Venezuela siempre ha sido hipócrita y en ocasiones blandengue por parte del primero.

Hugo Chávez y Juan Manuel Santos.
Hugo Chávez y Juan Manuel Santos.

Con la astucia que demanda la urgencia de encubrir sus graves problemas internos, Hugo Chávez se hace el olvidadizo cuando le conviene. Él sabe que necesita los negocios con el país vecino para continuar su charada.

En Colombia, aunque conocen al dedillo su juego se lo siguen, como pasó en su visita a Santa Marta donde insultó la inteligencia de la gente, ante la mirada atónita de los presentes y hasta de su propio edecán que estaba a sus espaldas.

Negó en la rueda de prensa, después de la reunión con Juan Manuel Santos, que él participó en un acto donde pidió hacer un minuto de silencio por la memoria del terrorista y secuestrador Raúl Reyes, muerto en un bombardeo del ejército colombiano en Ecuador.

Asimismo, dijo que sólo una vez afirmó que las Farc eran beligerantes en el “contexto de sus 11 años” y que nunca pidió que consideraran así a ese grupo. Trató de mentiroso al periodista que le hizo las preguntas.

También negó que las Farc visiten con frecuencia Venezuela a pesar de que muchos saben que durante su mando, amparado por golpes de estado “democráticos”, ha tenido beneplácito con guerrilleros y narcotraficantes que se refugian en su país pagando peaje.

Me da pena la diplomacia colombiana, que tras la amenaza de Chávez de anunciar vientos de guerra en la frontera, su advertencia de nunca reestablecer las relaciones rotas en una de sus rabietas, si subía al poder Santos, tras insultar y denigrar, lo invitan a casa y él abofetea de nuevo.

No estoy alimentando un espíritu de odio entre hermanos, pero hay que decir la verdad de los tiranos sean de derecha o de izquierda.

Chávez sigue burlándose de los que le rinden pleitesía acercándose a él para tomarse una foto como el niño que se retrata con el payaso para mostrar a sus amigos que tuvo el privilegio de ir al circo.

Mientras tanto, usa el totalitarismo como herramienta de poder abusivo, coartando la libertad de prensa, encarcelando a periodistas, expropiando canales de televisión, radio y medios escritos si lo critican, apoderándose de la burocracia estatal, desde la justicia hasta el legislativo y comprando la conciencia de los más necesitados, llenándoles el estómago con ilusiones.

Por otro lado, gana terreno en su plan de expandir la “revolución bolivariana” por Latinoamérica. Exporta su táctica a otras naciones como Nicaragua, donde Daniel Ortega construye el mismo andamiaje malicioso para eternizarse en el poder, adueñándose de las cortes y del sistema electoral para manipular a su antojo y amenazando a sus opositores y a la prensa.

La diplomacia entre Colombia y Venezuela siempre ha sido hipócrita y en ocasiones blandengue por parte del primero.

Hace ver a Colombia débil el excesivo optimismo que difunde la cancillería, avivado por el temor de los comerciantes de la frontera que pierden dinero en negocios binacionales cada vez que el bufón hace un berrinche. Es difícil pedirles que dejen la ambición a un lado para defender la dignidad nacional, porque de eso viven.

No hay que creer todo lo que dice Chávez y advertir que frente a la excesiva tolerancia a las charadas del bufón podría sobrevenir un arrepentimiento vergonzoso.

Raúl Benoit
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Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

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