Mentirosos, mentirosos

Honduras se debate en una de las más grandes incertidumbres de su historia y lo que más sorprende es la ignorancia mundial, sobre la realidad de esa nación centroamericana.

Golpe de Estado en Honduras - Raúl Benoit

Aterrorizadas de regresar a su país desde Cuba, unas jóvenes hondureñas, a quienes conocí por casualidad, traían en sus manos un ejemplar de “Juventud Rebelde”.

Al escucharme comentar sobre la crisis política e institucional de Honduras, me mostraron el periódico que contenía titulares sobredimensionados: fotos de una nación sumida en el caos, represión militar generalizada, incendios y muertos causados por “los golpistas” que “derrocaron” a Manuel Zelaya y una abrumadora mayoría de catrachos protestando en contra del gobierno actual.

Por otro lado, revisando las cientos de fotos y algunos videos que me han enviado mis lectores, veo la orilla inversa: miles de hondureños manifestando pacíficamente en contra de Zelaya.

Honduras se debate en una de las más grandes incertidumbres de su historia y lo que más sorprende es la ignorancia mundial, sobre la realidad de esa nación centroamericana que, evidentemente, en un gran porcentaje rechaza la forma como Mel intentaba perpetuarse en el poder, imponiendo mañosamente una ideología de izquierda como la de Hugo Chávez.

Les pregunté a las muchachas que si estaban a favor de lo que pasó en su país y me respondieron: “estamos en contra de lo que pretendía Mel, pero no aprobamos golpes de Estado”.

Esa respuesta es el meollo del asunto y una de las razones por las cuales se ha generado una confusión y polarización en la nación centroamericana.

En río revuelto ganancia de pescadores. El regente y los alumnos de la “escuelita revolucionaria de Caracas”, aprovechan el desorden y andan pregonando una sarta de mentiras por el mundo, tergiversando la verdad sobre la real voluntad de la mayoría de catrachos.

De acuerdo a ellos, el pueblo y “los golpistas”, les quedaron debiendo a Manuel Zelaya y sus camaradas, por la forma como se ejecutó el plan, sin lugar a dudas colmado de errores.

Hay que ir atrás y examinar los acontecimientos. Nadie se acuerda de quién habla al oído de Mel. Se olvidaron que la estrategia incluía introducir al país “defensores de la revolución” desde Nicaragua y Venezuela, para “protegerla” y que todo estaba fraguado para conducir a Honduras hacia una dictadura de izquierda.

No, ahora, los malos son los que pretendían defender su nación.

En lo que sí tienen razón es que se equivocaron en el procedimiento. El desespero y la confusión los llevó a actuar precipitadamente, rompiendo el orden constitucional.

El primer error de los “golpistas” o responsables de la transición democrática, como quieran llamarlo de acuerdo a la óptica, fue romper la ley para proteger la democracia. Presentar una carta falsa, por ejemplo, los desacredita, pero no por eso el deseo popular está equivocado.

El segundo error fue haber expulsado a Mel de su país. Si ellos tenían pruebas contundentes y verídicas de que Zelaya vulneró la ley para asirse al poder maliciosamente o permitió la intromisión extranjera, debe ser juzgado en su país como traidor a la Patria, pero con un debido proceso.

¿Conviene excusar a los autores de la “sucesión constitucional” para superar el caos? Es un asunto que concierne a los hondureños y no al dictadorcito esquizofrénico de Caracas.

Roberto Micheletti y sus aliados deben respetar el orden institucional, la libertad de expresión y las decisiones del pueblo, el elector primario, pero también tienen que acatar los ordenamientos internacionales.

Lamentablemente, la OEA, como ha ocurrido en otras oportunidades, “sin querer queriendo” como dice el Chavo del Ocho, está defendiendo a bandidos.

Hay que mirar la punta del hilo conductor de la debacle catracha. La manera mañosa de utilizar la constitución y “la democracia” para perpetuarse en el poder, coinciden con la fórmula de la mal llamada “revolución bolivariana” y eso hace prevenir a cualquiera, más a un pueblo que no es bobo.

El gran perdedor de estos momentos históricos ha sido Hugo Chávez quien quedó sin argumentos anti-imperialistas, frente a la posición de su enemigo imaginario, los Estados Unidos, que no avala el nuevo gobierno, en un enfoque que para mi entender es ambiguo y con visos de complicidad. Chávez también enfrenta la barrera ciudadana dispuesta a defender a su patria con dignidad.

El gran ganador es el pueblo catracho que resguarda la soberanía de su Patria, pacíficamente, y corea a viva voz a los que intentaban establecer un satélite comunista en su país: ¡mentirosos, mentirosos!

Raúl Benoit
Sígueme
Últimas entradas de Raúl Benoit (ver todo)
Compartir

Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

Leave a Reply

Your email address will not be published.