Nicaragua, al borde de un desmadre

Daniel Ortega, un gobernante impopular, está llevando a su país hacia una confrontación que podría provocar el derramamiento de sangre inocente.

Daniel Ortega.
Daniel Ortega.

Aprovechando el rabo de paja que tiene la Iglesia Católica en el mundo, los sandinistas gobernantes, vistos como traidores por muchos, desempolvaron supuestos escándalos sexuales de curas locales, para descalificar las críticas de los obispos ante lo que padece Nicaragua.

La iglesia está generando opinión con el fin de abrirle los ojos al pueblo engañado por Daniel Ortega y sus cómplices quienes, a través de un golpe de Estado manipulando leyes y usando partes frágiles de la democracia, construyen un camino para perpetuarse en el poder.

El plan ha sido tejido con paciencia por el sandinismo, pero, sin lugar a dudas, en forma descarada violando la constitución y atropellando al que se atraviese.

Comenzó en los comicios municipales de 2008 cuando, según la oposición, hubo un fraude masivo en más de 40 de los 153 municipios.

Siguió en enero de 2010 con el llamado «decretazo», por medio del cual el gobierno destituyó alcaldes y funcionarios y prorrogó los mandatos de otros burócratas, entre magistrados del Consejo Electoral y la Corte Suprema de justicia. Así el gobierno controla las instituciones claves para organizar y fiscalizar los comicios nacionales en noviembre de 2011.

La decisión debió tomarse en la Asamblea Nacional con una mayoría cualificada del 60 por ciento de votos,pero cuando los opositores se reunieron para vetarla, simpatizantes, pagados por el sandinismo gobernante, bloquearon el acceso a la Asamblea Nacional y después atacaron el hotel donde intentaron sesionar los derrocados.

Siguiendo el plan, en septiembre pasado, la Corte Suprema «embolsillada» por Ortega, dio vía libre con un polémico fallo, para que el presidente buscara su reelección el próximo año.

Esta semana, para rematar, Roberto Rivas, presidente del Consejo Supremo Electoral, convocó a las elecciones por su cuenta, ignorando las voces en contra.

Estrategias parecidas de controlar las instituciones con el propósito de no bajarse del sillón presidencial, han sido empleadas por otros, incluyendo Hugo Chávez, el inventor de la revolución bolivariana, quien ejerce un dominio hipnotizador entre sus seguidores, prometiéndoles petrodólares de su pueblo.

Ante las abominaciones jurídicas y constitucionales los obispos, a través de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, pusieron el grito en el cielo y advirtieron que Rivas debe irse y no ser reelecto como magistrado porque no tiene credibilidad. En otras palabras, no es digno de la confianza del pueblo.

En respuesta, Rivas recordó un viejo caso de pederastia de un cura, que si bien no debe ser olvidado, escogió el momento equivocado para debatirlo.

En esta batalla para salvar a Nicaragua del totalitarismo, los Obispos se enfrentan con gente ambiciosa que poco le importa el bienestar público.

Daniel Ortega, un gobernante impopular, está llevando al país hacia una confrontación que podría provocar el derramamiento de sangre inocente.

Mientras esto ocurre, el silencio cunde entre los vecinos y el resto del mundo, como si lo que estuviera pasando en el país centroamericano, fueran hechos ajenos que no amenazan el destino y la estabilidad de la región.

No deberían cerrar los ojos ni taparse los oídos porque Nicaragua está al borde de un desmadre. 

Raúl Benoit
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Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

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