Epidemia de soledad

La tecnología está siendo utilizada como un reemplazo de la genuina interacción humana, desintegrando a la sociedad.

Redes sociales y tecnología

Durante una semana Alejandra habló con alrededor de 200 amigos, tomó café virtual, envió flores de cumpleaños y presenció fiestas donde no pudo bailar pero chismorreó con una veintena de conocidos sobre los vestidos y peinados de otra veintena de asistentes a esa reunión.

Actualizada como se mantiene, también se enteró y disertó sobre la crisis económica de Grecia y Europa y conoció cada detalle del último concierto de Lady Gaga, compartiendo con otros la noticia morbosa sobre su secreto andrógino.

Cualquiera diría que está enchufada al mundo y tiene una vida social activa, pero nunca salió de su apartamento.

Con ojos rojos y signos de hipnosis, ella hace parte de una estadística en aumento sobre las personas modernas asediadas por la tecnología, en aparente contacto con la sociedad pero en realidad son prisioneras de soledad.

Esto es más perjudicial entre jóvenes, quienes, de acuerdo a un estudio realizado por la Fundación de Salud Mental del Reino Unido, se sienten más aislados y solos que los ancianos y jubilados.

No obstante, la encuesta realizada entre 2,256 personas, encontró que, en todas las edades, una de cada 10, a menudo se siente sola y más mujeres que hombres tienen el riesgo de sufrir depresión por esta razón.

Visitando Nueva York, mi hija me hizo notar cómo la mayoría de transeúntes iban sin acompañante, absortos en su mundo virtual musical o telefónico.

En Manhattan, el 50% de los hogares son habitados por gente sola, una ciudad donde es evidente el descenso del sentido comunitario y donde se dedica mayor tiempo a estudiar y a trabajar.

En la sala de una familia que visité en otra ocasión me sentí aislado cuando entre todos intercambiaban mensajes de texto, manteniendo dos conversaciones simultáneas, la real y la virtual.

Los que hicieron el estudio consideran, por ejemplo, que las redes sociales son a la vez una bendición como una carga. Sirven para promover la solidaridad o para unir familias, pero por igual mantienen separadas a las personas del mundo real: un encuentro en un parque, por ejemplo, o una visita al amigo que se enfermó o una reunión en familia sin mensajes de texto.

La tecnología está siendo utilizada como un reemplazo de la genuina interacción humana, desintegrando a la sociedad.

Algunos científicos consideran que la virtualidad de las relaciones podría estar generando un daño biológico imperceptible porque la presencia física es necesaria para liberar la hormona oxitocina, un proceso químico que vincula los contactos sociales con la salud del corazón.

La época en que vivimos es prodigiosa, donde un teléfono celular, un computador y cámaras digitales son los mejores aliados de comunicación y medios inigualables para conectarnos con amigos lejanos o parientes que antes apenas veíamos; pero, esto sucede a un costo altísimo de encierro, como nunca antes lo había vivido la humanidad.

Nadie prevé, ni los científicos, hasta dónde llegará esa epidemia de soledad provocada por las facilidades tecnológicas, pero lo que sí debemos tener claro es que en nosotros está recuperar el contacto físico real que es saludable para el cuerpo y para el alma.

Raúl Benoit
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Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

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