Convirtamos cada día en el comienzo de un nuevo año lleno de planes reales que cumpliremos porque estamos convencidos de ello y que no sean solo promesas al viento que se olvidan por la pereza o echándole la culpa a otros.
Antes de hacer promesas para el año nuevo, reflexione si tiene la capacidad para cumplirlas porque sino serán palabras al viento como todos los años.
La depresión post-navideña, es un estado de ánimo en el cual preferimos no pensar cuando visitamos tiendas en diciembre gastando lo que no tenemos y comiendo desaforadamente los platos y los postres que, como una tentación, sirven familiares y amigos en las reuniones decembrinas.