No es un secreto que los Castro manejan el Estado como una hacienda particular, encubiertos en el sistema político creado por ellos y el cual llaman “democracia popular”.
El pueblo se levantará del letargo embrutecedor del comunismo fracasado y empezará a reclamar sin miedo los derechos humanos y ciudadanos.
El destino que desafía a América Latina con administraciones de izquierda, algunas más radicales que otras, podría estar llevando al continente a una nueva era, que esperemos no sea de anarquía, como ciertos politólogos pronostican.