Es incomprensible que aquel profeta que supuestamente recibió lo que ellos creen es la auténtica palabra de Dios, con la intención de corregir el rumbo espiritual de la humanidad, usara la muerte y el terror para imponer sus creencias. Más aún increíble es que él fue un ferviente continuador de la prédica de Abraham, el primero de los patriarcas del pueblo de Israel, a quien honran Judíos, Cristianos y siguen enalteciendo los musulmanes.
El gobierno de los Estados Unidos debió dar ejemplo. Los países que dicen respetar los Derechos Humanos y que condenan la violación de estos derechos fundamentales, no pueden caer en la misma bajeza de los terroristas. Lo asombroso no es que se haya revelado un secreto a voces. Lo que indigna es el silencio que […]
Esta guerrilla no representa al pueblo, ni siquiera a una minoría. Se representa a sí misma. No obstante, desde que el gobierno se sentó a la mesa para hablar de paz, favoreciéndola, se ignoran y se pisotean códigos jurídicos, morales y éticos.
Colombia merece la oportunidad de vivir en paz, como también las víctimas de la guerra merecen justicia. Boicotear la negociación en La Habana, como se empeña tercamente el expresidente Álvaro Uribe, es antipatriótico y de cierta manera mezquino.
Lo lamentable de la respuesta contundente de Israel es que las secuelas son muy malas. Cada vez que mueren niños y mujeres inocentes, aumenta ese rencor que ciega al pueblo palestino y a muchos los transforma en terroristas. Es un círculo vicioso perpetuo.
La pandilla de militares involucrados en el trasiego de la cocaína por Venezuela, es mucho más grande de lo que parece. Es el Cartel de los Soles, o mejor, el Cartel Chavista.
Es mi deber reprochar a los Estados Unidos porque le ha fallado a Latinoamérica. Los empresarios usan la mano de obra y las riquezas de nuestros países como si fuéramos esclavos. Sacan petróleo barato y nos venden gasolina cara. Compran productos básicos de la canasta familiar a bajo precio y nos venden alimentos sintéticos y biogenéticos costosos.
La guerra civil en Colombia, prolongada por más de 50 años, ha dejado miles de víctimas. Hay cifras tímidas que hablan de 300 mil personas, pero podrían ser más
El suboficial del ejército colombiano, capturado a finales de enero pasado, servía a su ejército como a su propia familia, pero lo que no supo él y tal vez algunos de sus hombres, es que los comandantes favorecían otros intereses políticos, económicos e incluso del narcotráfico.
Dudo mucho que las Naciones Unidas investiguen si son ciertas las denuncias de que la CIA ayudó a los rebeldes a robar las armas químicas para atacar al pueblo y echarle la culpa al gobierno con el fin de desestabilizarlo. Pero, si eso fuese cierto, estaríamos frente a una nueva conspiración gringa.
Lanzar un ataque “preventivo” contra Siria, creyéndose el gran policía global y presionado por intereses particulares, es irresponsable. Esta idea endulza los oídos de los petroleros ¿O son ellos los que endulzan los de los políticos.
Es profundamente preocupante que la historia se repita. Las Farc se fortalecen, se rearman, se oxigenan amparadas por Cuba, el chavismo venezolano, por quienes buscan dividendos electorales y los que viven de la guerra.