Felipe VI tendrá que luchar contra graves problemas que agobian a la España del siglo 21. Por ejemplo, el desempleo que supera los 6 millones de parados. Por otra parte, deberá lidiar con las ambiciones separatistas catalanas y vascas, que seguramente se agudizarán en esta coyuntura histórica.
No se trata de preocuparse, como lo dijo el ex presidente Pastrana, por las consecuencias que tendrá que pagar el país en materia de ayuda económica y militar de Washington. Es un asunto más altruista; es de moral social.