Uno de cada siete niños recibe por la Internet una proposición de tipo sexual de un depredador. Cada año las autoridades federales de Estados Unidos encausan judicialmente a cientos de personas por pornografía infantil.
La Unicef alerta a las familias sobre este peligro latente. Los niños y adolescentes, por lo general, son inocentes y buscan en las redes sociales entretención, amigos y conocimiento. Por esa sed de saber más y ganas de pasarla bien, son presas fáciles de los lobos cibernéticos que se mantienen al acecho en la red para atraparlos.