Los padres están entre la espada y la pared. O dejar a los hijos en sus países, soportando un futuro incierto, con el riesgo de que sean reclutados por las pandillas o dejarlos caminar hacia el peligro de una migración donde la sobrevivencia es aventurada.
Uno de cada siete niños recibe por la Internet una proposición de tipo sexual de un depredador. Cada año las autoridades federales de Estados Unidos encausan judicialmente a cientos de personas por pornografía infantil.
Nunca debemos juzgar a nadie por su condición, aunque la piel de ciertas personas como esa niña, esté manchada para siempre con color ocre, adquirido por el sol y el polvo de la calle y lo cual la estigmatiza injustamente como indigente, drogadicta y hasta peligrosa.