Sin lugar a dudas, a través de las leyes y del uso malicioso de los vericuetos legislativos, Martinelli, como los otros aspirantes a dictadorcitos de Latinoamérica, pareciera estar tejiendo la red para atornillarse en el poder. Pero, según dicen, ha sido desenmascarado por la oposición unida, alianza que no se veía desde Noriega.
¿Por qué algunos narcotraficantes son más «peligrosos» que otros? ¿Por qué castigan más a quienes han sido involucrados con políticos y dirigentes latinoamericanos o los que invierten su dinero fuera de los Estados Unidos? ¿Qué encubren las autoridades con ciertos capos? ¿La basura debajo de sus camas?