La ley del miedo apenas comienza. Lo que vemos del bufón, con características perversas, son sólo las tiras de su sombrero cayendo sobre el rostro y difícilmente podemos identificarlo. Pero cuando saque totalmente la cabeza y el cuerpo de su teatrillo se conocerá el verdadero aspecto y los venezolanos que lo eligieron tendrán que asumir la responsabilidad, aunque su populismo los tiene hipnotizados lo que no les deja percibir el peligro.
Los periodistas debemos unirnos en torno a las libertades de prensa en Latinoamérica y ponerle mordaza a los que pretenden amordazarnos, defendiendo a colegas como Chamorro, libres, valientes y que dicen la verdad.
Cuando la noticia llega al público en forma veraz y honesta y sirve para el bien común, los periodistas nos convertimos en potentes enemigos de los corruptos, porque perjudicamos sus intereses particulares.
!Qué pena me da el periodismo amordazado o arrodillado! Cuando un pueblo está mal informado o informado a medias, la democracia se enferma. Los periodistas somos los garantes de que el pueblo esté libremente enterado de la verdad, transmitiendo noticias independientemente, pero con responsabilidad social y ciudadana.
Esa pasión por el oficio de periodista no la tienen aquellos primíparos que sólo buscan fama y fortuna y que han convertido la profesión en un mercado de senos grandes, piernas torneadas, traseros hermosos, cuerpos musculosos y bronceados, lo que se les vuelve una competencia de vanidades, ignorando el profesionalismo.