Realmente como columnista lo único que necesito saber para escribir sin temores, es que el capital de la sociedad propietaria del periódico no provenga de negocios ilícitos, narcotráfico o el robo de las arcas petroleras por ejemplo, pero, de manera especial, que la libertad de expresión sea respetada.
Le sugiero, señor Maduro, consultar a un especialista en Constitución y Leyes para que le oriente sobre ese tema. Quizás usted está siendo aguijoneado por enemigos suyos dentro de las filas del propio chavismo, que Dios dado no lo quiera, ni la gente lo quisiese, desde la Asamblea Nacional fuese.
¿Esta izquierda radical que dice buscar la igualdad social, representa verdaderamente a los que se hicieron llamar “los indignados”? ¿Esta izquierda pretende establecer una verdadera soberanía popular y respaldará en el futuro la justa lucha social cuando sus políticas fracasen como ha ocurrido en gobiernos socialistas donde la ambición pudo más que la razón y la justicia?
El pesimismo y anti patriotismo que destila el ex presidente Álvaro Uribe como un veneno en las redes sociales, es evidente también en los escenarios donde dicta conferencias, intentando dejar a Colombia como una nación caótica, exportando mala imagen al exterior, solo con la intención revanchista y vengativa contra el presidente Juan Manuel Santos, que no quiso seguirle el juego.
Todos conocemos la leyenda bíblica de las épocas de vacas flacas. Los árabes históricamente le temen y por eso no regalan su fortuna, la guardan para enfrentar tiempos difíciles. Venezuela, en cambio, muy caritativa nación, derrochó el dinero del pueblo, apoyando a ciertos países aliados de América Latina.
No es un secreto que los Castro manejan el Estado como una hacienda particular, encubiertos en el sistema político creado por ellos y el cual llaman “democracia popular”.
John F. Kennedy denunció en abril de 1961: «Sus preparaciones se ocultan, no se publican. Sus fallos se entierran, no son titulares. Sus disidentes son silenciados no alabados. No se cuestionan sus gastos, ningún secreto es revelado”.
El gobierno de los Estados Unidos debió dar ejemplo. Los países que dicen respetar los Derechos Humanos y que condenan la violación de estos derechos fundamentales, no pueden caer en la misma bajeza de los terroristas. Lo asombroso no es que se haya revelado un secreto a voces. Lo que indigna es el silencio que […]
Esta guerrilla no representa al pueblo, ni siquiera a una minoría. Se representa a sí misma. No obstante, desde que el gobierno se sentó a la mesa para hablar de paz, favoreciéndola, se ignoran y se pisotean códigos jurídicos, morales y éticos.
Sin lugar a dudas, hay una pandemia mundial de corrupción. Todos somos cómplices por acción u omisión e hipócritas porque lo sabemos y no hacemos nada para resolverlo.
Colombia merece la oportunidad de vivir en paz, como también las víctimas de la guerra merecen justicia. Boicotear la negociación en La Habana, como se empeña tercamente el expresidente Álvaro Uribe, es antipatriótico y de cierta manera mezquino.
A pesar del engaño de los jóvenes venezolanos que supuestamente representaban a una ONG, estoy en desacuerdo con que el gobierno colombiano los haya expatriado a su país.