Esa pasión por el oficio de periodista no la tienen aquellos primíparos que sólo buscan fama y fortuna y que han convertido la profesión en un mercado de senos grandes, piernas torneadas, traseros hermosos, cuerpos musculosos y bronceados, lo que se les vuelve una competencia de vanidades, ignorando el profesionalismo.
Hay muy poca decisión política para enfrentar la nueva realidad de la humanidad. Es tanta la indiferencia de los dirigentes sobre el calentamiento global, especialmente en los Estados Unidos, que pocos se atreven a trazar programas para frenar el problema.
Investigando, hallé varios casos similares de personas que fueron agredidas, vilipendiadas y humilladas por agentes de policía en Honduras, que nunca salieron a la luz pública, porque sus protagonistas, gente común o personas humildes, temían que tomaran represalias o nunca se investigara.
También, este bufón de América, omite que esos “héroes” espurios son ahora el cartel del narcotráfico más grande que existe en la tierra. Olvida que ellos siembran coca, procesan y comercializan cocaína y heroína y financian su guerra con dinero obtenido de los viciosos del mundo.
Sin lugar a dudas somos víctimas del comercio anárquico y creo que, en parte, los medios de comunicación (Mea culpa) debemos asumir responsabilidades por la publicidad alienante de la televisión y el consumismo excesivo que transmitimos.