Vientres cotizados

El problema no se trata de su “preferencia sexual” o como exigen que se diga: “orientación”. El conflicto es moral, respecto al método, no solo por el mercantilismo de mujeres que alquilan su vientre, sino por el egoísmo de las personas que desean ser padres sin medir las secuelas. ¿Quién defiende el derecho de un niño de tener un hogar con un padre y una madre?

La culpa no es de Dios

La culpa de la crisis que vive la Iglesia no es de Dios, es de la debilidad humana que los lleva a pecar para saciar la complicidad y la ambición de poder. La cobardía terrenal de la jerarquía que oculta a los pecadores de su propia Iglesia surge, no por guardar la fe a Dios, sino para no perder sus privilegios y porque algunos de esos protectores también guardan pasiones bajo la sotana.

Falsedad revestida de patriotismo

La protagonista de esta burla se llama Sandra Torres, la encarnación misma de la vergüenza política, que para rematar el descaro e inmoralidad resolvió, en una falsedad revestida de patriotismo, trampear la Constitución Política, para lanzarse como candidata a la presidencia de Guatemala. Se divorció del actual presidente y así eludió la prohibición en la Carta Magna, de no aspirar a cargos públicos si tiene un grado segundo de afinidad con el mandatario.

Los carteles del petróleo

Ceden el usufructo del subsuelo a extranjeros -propiedad del Estado, es decir, del pueblo-, recibiendo miserables regalías, en relación a las grandes ganancias que deja el negocio. Después, las petroleras nos venden la gasolina refinada a alto precio, diferencia de valor que al final sufragamos todos los que llenamos el tanque del carro. Se paga caro y no se reciben los beneficios que prometen en salud, en educación, alimentos y en progreso, porque el dinero se queda en el camino, en manos de corruptos.