Ténganse fuerte en sus asientos porque lo que está a punto de vivir Guatemala, podría ser igual o peor a lo que ocurre en esos países, donde hay sectores multitudinarios de la sociedad que se dejan engañar con ilusiones de un mejor futuro y son una fuerza peligrosa que defiende absurdamente a una mujer populista que no respeta la ley.
Otros ignorarán que exportó la revolución bolivariana cambiando el destino de ciertos pueblos latinoamericanos que decidieron escoger ese camino tortuoso y quizás equivocado; ellos apenas están comenzando a sufrir el daño socioeconómico el cual muchos expertos auguran como el acabose para el futuro de esas naciones.
Facundo Cabral, el cantor argentino, murió baleado el sábado 9 de julio pasado en Guatemala. Fue un atentado criminal ejecutado por sicarios del narcotráfico. Su sangre derramada en un país que amaba por su mayoría de gente buena, se multiplicará en gritos de silencio no solo exigiendo justicia, sino difundiendo su voz como un estandarte de Amor y paz.
Quienes son condenados, una vez llegan a las cárceles, podría decirse que los despojan de sus derechos humanos. En este país las prisiones son un negocio privado, en donde tratan peor que animales a los “clientes”; a muchos los aíslan de sus familias bajo un régimen humillante. Un ejemplo es el de Arizona, cuyo Sheriff Arpaio alimenta a sus prisioneros, la mayoría hispanos, con productos vencido