Hispano sí come hispano

Ninguna comunidad es tan agresiva y competitiva entre sí como la de los latinos en los Estados Unidos. Escucho a venezolanos quejándose de sus paisanos porque son individualistas; a colombianos despotricando de los vecinos que afirman hacen lo imposible para perjudicarlos; a centroamericanos que riñen como perros y gatos y hasta he oído a cubanos, que se supone son los más unidos del sur de la Florida, hablando mal de su familia, aunque me consta que cuando llegan de la isla a Miami, a la semana siguiente tiene cama y trabajo.

No sea verdugo con su futuro

Las mujeres y hombres atléticos, por lo general esnobistas, alardean de llevar en sus manos la botellita plástica porque creen que eso les da clase y los pone en un nivel superior, argumentando que son deportistas y más “saludables” que el común de la gente. Ignoran adrede el daño que le hacen a la tierra y aunque promueven el vigor y la lozanía, les importa un bledo lo que pudiese pasar en el futuro a sus hijos y nietos.

La tragicomedia venezolana

Todos sabemos las tretas usadas en el pasado para llegar a este punto. Desde que asumió su primer mandato en febrero de 1999, elegido por el pueblo que confió en él cansado del pillaje de una clase dirigente corrupta, Chávez fue tejiendo la red para no volver a entregar la presidencia. Escribió su propia constitución y se apoderó de los puestos más vitales del gobierno, usando la democracia como método y escudo, lo cual permitió que se atornillara al poder.