Los rumores se paseaban entre las bancas de su iglesia. A baja voz las muchachas que asistían a la misa dominical lo comentaban con la gracia pícara que tienen las jóvenes, olvidando por momentos que estaban en la casa de Dios.
Recompensemos los sacrificios de nuestra progenitora, la que siempre puede hacer todo. Antes de llevarle un regalo, o un ramo de flores, démosle un abrazo. Que sienta la gratitud cariñosa y sincera. Que oiga de viva voz: te amo mamá.
Los menores de edad son usados, no sólo por la industria de la moda plagiada, sino por los que manufacturan productos electrónicos, textiles, alimenticios, plásticos y juguetes, en cuyas plantas emplean más mano de obra infantil, en especial de niñas, que son, lastimosamente, las que menos educación reciben en China.
Deberían castigar a los científicos por matar el romanticismo. Son obsesivos dándole sentido práctico y probado a los asuntos relacionados con la vida, cercenándonos el placer de idealizar amores, sentimientos y pasiones perdurables.
Los seres humanos merecemos una vida plena, desde los sentimientos hasta lo sexual. Lo que enseñó Jesucristo a través de la palabra nunca fue en oposición a la formación de la familia, sino lo contrario. Si Jesús lo hubiera prohibido, ¿por qué Pedro, el primer Papa de la Iglesia Católica y los apóstoles escogidos por Él, eran casados?
Aunque nadie me va a escuchar voy a hacer recomendaciones. Primero, los indocumentados deben asumir su responsabilidad social y cultural al pisar tierra ajena y respetar las leyes. Segundo, los Estados Unidos, si quieren y necesitan esa mano de obra, deben orientar y educar a esos trabajadores, en vez de fomentar la esclavitud y el abuso patronal. Tercero, se debe promover una amnistía regulada y controlada.
Los miembros de la Fundación Nacional del Indio –FUNAI- de Brasil, no midieron las consecuencias al divulgar las fotos de cinco o seis seres humanos, lanzando inútilmente flechas al aire para “matar al pájaro grande”. Son imágenes patéticas. La supuesta buena intención de “demostrar su verdadera existencia” para protegerlos, expondrá a esta tribu a la hecatombe de la civilización que arrasa con todo lo que representa ganancias monetarias.
Mi mamá diría: “te vas a meter en camisa de once varas”, porque escribir de religión es meterse en problemas. No me confieso desde que cumplí 18 años. A esa edad, confundido, surgieron dudas teológicas, pero eso sí, sin perder la fe. Me parecía ridículo arrodillarme en esas cabinitas de iglesia y contarle al sacerdote […]
Dicen que los Garífunas persisten casi intactos a la influencia de la tecnología y el progreso arrollador, pero tristemente no se han librado de un flagelo que acosa a su pueblo en forma letal: el sida.
Las palabras en nuestro español latinoamericano varían de significado según el origen. Rápidamente, sin reflexión, pasan de un vocablo coloquial a una grosería.