Propuesta que espanta: legalizar las drogas

¿Por qué parte de esa plata de la guerra contra las drogas no se invierte en desarrollar la agricultura, la ganadería y la industria? En las zonas cocaleras y amapoleras de México, Colombia, Perú y Bolivia, les vendría bien recibir insumos agrícolas, tractores, hacerles carreteras para sacar los productos y pagarles mejores precios a los campesinos por las cosechas.

El abominable negocio del terror

Fernando Londoño fue un alfil en el juego político del ex presidente Álvaro Uribe, odiado por muchos y amado con furibunda pasión por otros. Por eso, los hechos son más relevantes. Señalan los detractores que el atentado favorece al ex mandatario porque no ha ocultado que ansía con frenesí el retorno al poder y el terrorismo convence al pueblo de la necesidad de volver a elegir su estilo de gobierno.

Legalización, palabra satanizada

La idea, debatida por años, siempre ha surgido de intelectuales, sociólogos y grupos de ciudadanos preocupados por la violencia que genera ese negocio maligno. Pretenden convencer a los políticos y a los gobernantes de que se debe legitimar y regularizar la producción y el consumo de drogas sicotrópicas para reducir la criminalidad y enfocar todos los esfuerzos a la educación de la niñez y la juventud con el fin de que sepan cuán peligroso es consumir alucinógenos.

Rebelión en honor a las víctimas

La ilegalidad hace que el negocio sea rentable. ¿Y a quienes les conviene? A los narcotraficantes principalmente, pero también a los corruptos, a las grandes estructuras de seguridad creadas para combatirlo, desde autoridades locales en cada país, hasta la agencia antidrogas que recibe grandes presupuestos para la lucha e incluso favorece a la industria carcelaria estadounidense.

Narcos y terroristas

También se conoce que los carteles mexicanos transformaron su territorio en un campo de batalla, peleando entre ellos para quedarse con el mercado de las drogas y de paso aterrorizando a la población con el fin de consolidar su poder a través del miedo. ¿Pero de dónde han aprendido las técnicas terroristas esos narcotraficantes? Alguno dicen que los asesoran guerrilleros colombianos de las Farc, aunque en los últimos días la secretaria de seguridad interna de los Estados Unidos, Janet Napolitano, desvió las miradas hacia los fanáticos islámicos:“Llevamos un tiempo pensando sobre qué pasaría si Al Qaeda se uniera con los Zetas”.