La triste cara de latinoamérica

Una cruda verdad es que gran parte de esta región sufre de miseria aguda. El 44 por ciento de la población es pobre y el 40 por ciento de estos son indigentes que viven con menos de un dólar diario.


Como quien no escucha la cosa paré oreja para enterarme de lo que decía una mujer hablando por celular, en mi reciente visita a Colombia: “¿mi mamá lleva dos días sin comer por falta de plata? Yo le voy a mandar 20 mil pesitos (U$11) para que le hagan una sopita”.

La conversación me impactó porque el aspecto de la señora no era el de una persona que pudiera hacer parte del patrón de pobres en mi país.

En otro lugar, un grupo de amas de casa, ofreciendo dulces y cigarrillos en una esquina, ante mi pregunta de por qué lo hacían, moviendo sus dedos frente a la boca para indicar hambre, me dijeron que sus maridos estaban sin empleo y por eso resolvieron volverse vendedoras callejeras.

Lo mismo sucede en Guatemala, México, Honduras y otros países latinoamericanos, que en contradicción hacen parte de una noticia “positiva”, después de un estudio realizado por la Comisión Económica de la ONU para la región y la Organización Mundial del Trabajo, el cual da un resultado optimista: El desempleo en América Latina y el Caribe se redujo 0,6 puntos en 2010 y se prevé que continúe haciéndolo este año.

El estudio señala que la disminución se debe a la reactivación económica de la mayoría de los países latinoamericanos, generada por las condiciones comerciales y financieras internacionales y por un repunte de la demanda interna.

Advierte, sin embargo, que la reacción económica no garantiza un crecimiento con trabajo decente a largo plazo.

No sé si basan las estadísticas en informes oficiales de los gobiernos que pretenden ocultar la verdad o simplemente, no toman en cuenta a los desocupados que hacen parte del progresivo empleo informal o como le llaman en ciertos países “el rebusque”.

En las calles de las ciudades Latinoamericanas no se ve tan bonito. Por ejemplo, un reflejo de la pobreza y el desespero de la gente por conseguir comida, no solo son los limosneros de semáforos y los vendedores de cigarrillos, agua, música o películas piratas, sino los asaltantes que roban un celular o un reloj.

Una cruda verdad es que gran parte de América Latina sufre de miseria aguda. El 44 por ciento de la población es pobre y el 40 por ciento de estos son indigentes que viven con menos de un dólar diario.

Por ejemplo, en Colombia el desempleo superó el 12 por ciento el año pasado. México alrededor de 5.3 (recordemos que tiene más de 100 millones de habitantes). Por su parte,en Honduras, la tasa de desempleo durante el mes de enero de 2011 subió a un 44% de la población económicamente activa, según las autoridades de la Secretaría del Trabajo.

Hasta en Estados Unidos se siente el golpe. Allí se padece una recesión grave. Los temores de la desaceleración de la economía vuelven a resurgir con un mercado laboral debilitado. La tasa de desempleo bordea el 9%, cifra que es mostrada con orgullo porque bajó 0.4.

Lo que los dirigentes de América no perciben es que esta situación de pobreza y desempleo podría acrecentar la inconformidad social que amenaza con explotar en revueltas populares o algo peor, el surgimiento de nuevos caudillos y falsos salvadores que llevarían a los países a vivir una crisis más profunda.

Raúl Benoit
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Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

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