¿Quién protege al «Chapo» Guzmán?

Ciertas autoridades le deben favores y son las que lo embadurnan con aceite para que escurran las manos de los policías que tratan de agarrarlo.

El narcotráfico en México.
Felipe Calderón y El Chapo Guzmán.

La leyenda cuenta que, como en una película de Hollywood, Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del narcotraficante Cartel de Sinaloa, conocido también como “Alianza de Sangre”, se fugó en enero de 2001 de una cárcel de alta seguridad en Jalisco, pero la verdad es que su escapatoria no fue espectacular.

Salió escondido en un camión de aseo, ayudado por empleados corruptos.

Desde entonces, supuestamente no lo capturan porque es “tremendamente hábil e inteligente”, pero tampoco es cierto. Es la misma suciedad incrustada a más alto nivel en sectores de la clase política mexicana, que se vale de la fortuna del “resbaloso” Guzmán, calculada en más de mil millones de dólares, de acuerdo a la revista Forbes, que lo ubica como uno de los 40 multimillonarios del mundo.

Aunque tenga ese dineral, la vida de “El Chapo” no debe ser nada agradable: buscado por la DEA y el FBI y perseguido por los rivales del negocio de la cocaína y la heroína.

La sentencia de muerte fue pública desde el 24 de mayo de 1993, cuando en una mortal balacera, sus enemigos del Cartel de Tijuana, intentándolo asesinar en el aeropuerto de Guadalajara, aparentemente confundieron su carro con el del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Mataron al prelado y a 6 personas más, pero “el resbaloso” se escapó.

Quizás lo más cerca que han vuelto a estar de él es cuando ejecutaron a su hijo Edgar, de 22 años, el 8 de mayo del 2008 en un centro comercial de Culiacán.

Los rumores circulan en México sobre cómo, más que el miedo a represalias del “resbaloso” Guzmán, ciertas autoridades le deben favores y son las que lo embadurnan con aceite para que escurran las manos de los policías que tratan de agarrarlo.

Por eso se ve mal leer lo que publicó el New York Times. Dice que el presidente Felipe Calderón intervino a favor de la segunda esposa de Guzmán, Griselda López, para que fuera liberada, “debido a la preocupación de que su detención podría desencadenar una ola de ataques en represalia, de acuerdo a funcionarios mexicanos”.

Griselda, quien era la madre del hijo asesinado de Guzmán, fue arrestada en un cateo hecho por las fuerzas federales en Sinaloa, el miércoles 12 de mayo. Hubiera sido mejor escuchar que la soltaron porque no tiene cuentas pendientes con la ley, lo cual es cierto.

Una pregunta que se hacen muchos mexicanos es ¿por qué el presidente Calderón no le teme a los otros carteles a quienes combate con fuerza?

Por donde se le mire es malo. Un gobierno no puede caer rendido a los pies de la delincuencia como hizo el de Colombia, cuando sucumbió al terrorismo de Pablo Escobar. Tampoco debe comprometer su imparcialidad frente a la guerra contra el narcotráfico. No sólo no hay que no serlo sino no parecerlo.

Desde el gobierno de Vicente Fox, se han sembrado dudas sobre algunos dirigentes del Partido de Acción Nacional –PAN-, acusados de favorecer al Chapo.

Mientras tanto, el resbaloso Guzmán, festejó sus 56 años en abril y aunque no se puede decir que “goce su libertad”, porque ningún narcotraficante disfruta de la riqueza y el poder obtenidos matando gente, sigue evadiendo la ley y todos nos preguntamos ¿quién lo protege?

Raúl Benoit
Sígueme
Últimas entradas de Raúl Benoit (ver todo)
Compartir

Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

Leave a Reply

Your email address will not be published.