Las lecciones de los catrachos

Manuel Zelaya no ha sido el único perdedor de la crisis. Lo fue Hugo Chávez, el bufón de América, que se le está yendo, como agua entre manos, su retorcida intención de crear una revolución continental.

Manuel Zelaya
Manuel Zelaya.

Los llamados a la anarquía fueron escuchados por pocos. La irresponsable presión ejercida por el depuesto presidente Manuel Zelaya y sus partidarios, incitando al pueblo al caos y a tomarse las calles para restituirlo, hicieron que la gente saliera, pero a reafirmar que, por ahora, no lo quieren en el poder.

Los comicios electorales del domingo 29 de noviembre en Honduras, demostraron la valentía del pueblo. De acuerdo al Tribunal Supremo Electoral, la participación de los votantes fue un poco más del 60%.

Según el mismo TSE, la abstención en noviembre de 2005, cuando fue electo Zelaya, se situó en 44%.

Los catrachos (gentilicio coloquial de los nacidos en Honduras), han dado varias enseñanzas a la democracia de Latinoamérica.

Una mala fue la forma como sacaron a Zelaya del cargo, lo cual no debería repetirse en las repúblicas democráticas. La expulsión del país, en vez de arrestarlo y juzgarlo, fue una equivocación porque lo victimizó, favoreciéndolo. Los opositores de este forzado proceso, que se auto proclaman “la resistencia”, capitalizaron la acción, agregándole mentiras y manipulando la opinión internacional.

Otra lección mala fue la oficiosidad de José Miguel Insulza, Secretario General de la OEA, con la izquierda bolivariana liderada por Hugo Chávez, ignorando que muchos catrachos no quieren esa “revolución” falsa en su país.

También es mala la perversidad de ciertos dirigentes quienes usaron a la gente pobre y necesitada con fines personales e intentaron imponer formas de gobierno que conducen a dictaduras y totalitarismos.

Zelaya no ha sido el único perdedor de la crisis. Lo fue Hugo Chávez, el bufón de América, que se le está yendo, como agua entre manos, su retorcida intención de crear una revolución continental.

También hubo lecciones buenas. Los ojos quedaron abiertos, los oídos despiertos y la atención alerta, frente a los que prometen el cielo y la tierra, mejorar el estatus de vida, salud, educación y suprimir el hambre, pero al final lo único real es que coartan libertades y atrasan más el desarrollo, como está ocurriendo en Venezuela y por medio siglo en Cuba.

Se ganó porque el pueblo resolvió no permitir que gobiernos extranjeros manipulen su destino con esas ofertas.

Otra buena enseñanza ha sido la comprobación de que las instituciones son fuertes, el Congreso, la Corte Suprema de Justicia, pero en especial las Fuerzas Armadas hondureñas, que preservaron la Constitución, aunque no debieron prestarse para sacar a Zelaya del país.

Asimismo se debe aplaudir la lucidez de los electores que fueron a las urnas como a una fiesta, a pesar de las amenazas.

El aprendizaje de Manuel Zelaya es que debe escuchar a sus paisanos y no los consejos y órdenes de intereses siniestros foráneos.

Si con honestidad le preocupa la gente, debe trabajar sin arrogancia y resentimiento para que Honduras supere estos tiempos difíciles y se solucionen los problemas sociales y políticos que tiranizan a la nación en la pobreza desde tiempos inmemoriales.

Que aprenda de las lecciones de su pueblo catracho. Que deponga su beligerancia y no desinforme más. Que enfrente la justicia y se defienda como un hombre.

Raúl Benoit
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Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

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