¿Qué será lo que quiere el negro… y el blanco?

Las campañas acusan a uno y a otro de que empeorará la recesión. Ya esto está jodido y para arreglarlo se necesitarán numerosos Obamas y McCains, pero, ante todo, mucho sacrificio y austeridad del pueblo.

McCain y Obama
McCain y Obama

Los que desconfían de Obama por ser de piel morena, deberían temer más al peligro que se cierne sobre el senador demócrata y las consecuencias de un asesinato.

Los que se asustan por el supuesto pasado islámico y por los nombres musulmanes: Barack Hussein, deberían desconfiar del discurso demagógico y sospechosamente justo y claro. Nunca se fíe de un político que promete un jardín de rosas.

Los que temen que el Republicano John McCain, de 72 años, muera en el salón oval de la Casa Blanca de una trombosis, en el primer año de su gobierno, deberían asustarse por su plan de prolongar la guerra, que causaría más muertes de soldados y civiles.

Los que se estremecen por las ideas derechistas y de cierta manera retrógradas, de McCain, por ejemplo, de prohibir la opción de abortar de las mujeres, intranquilícense por su carácter testarudo y a veces energúmeno, como lo demostró en debates del congreso, insultando a sus colegas.

Uno, acérrimo conservador. El otro, tachado de izquierdista solapado. Uno, apoya las tácticas ocultas de arrasamiento en Colombia donde matan sindicalistas, obreros y campesinos; el otro, deja entrever que dialogará con el bufón de América, Hugo Chávez y con miembros del remiso “club socialista” latinoamericano.

Vi el último debate entre estos dos candidatos a la presidencia de Estados Unidos y quedé insatisfecho. Me inquietan. En medio del engaño demagógico me pregunto: ¿Qué será lo que quieren? ¿Quién se apunta a gobernar un  país en guerra, en crisis económica e invadido por inmigrantes?

Decepcionante la visión sobre Latinoamérica. McCain cree que visitando Colombia y México unos días, conoció la problemática de la región. Obama ni siquiera demuestra ser hipócrita de preocuparse por el hambre y la violencia del sur. Pareciera que no entendieran que la inmigración se reduce dando desarrollo a América Latina.

Cuando digo que podrían haber peligros que se ciernen sobre Obama, me refiero a que con la pugna política y los intereses económicos que están en juego, se corre el riesgo que pongan a un loco (o varios) a matarlo. Ni toda la seguridad que tiene atajaría a conspiradores ultraderechistas o insidiosos izquierdistas foráneos, con el fin de crear anarquía aquí para esconder las ganancias allá.

Han tratado de destruirlo moralmente, acusándolo de ocultar su fe en el Islam. Obama no acepta que se le tilde de musulmán. Dice que es cristiano practicante. Admite que en Indonesia fue a una escuela musulmana y que allí aprendió cómo piensa “esa gente”. Sin embargo, en los archivos escolares figura como musulmán. Si hubiera profesado esa religión, tendríamos otro problema porque los radicales islámicos condenan a muerte a quien deserte.

Además andan inventando que Obama hace parte de un plan de los islamitas para penetrar a Estados Unidos desde la cabeza. Tampoco hay que exagerar. Son chifladuras y quizás propaganda sucia y malintencionada originada desde los cuarteles rivales.

También acusan a McCain que al tener las ideas más radicales del partido republicano, esconde su antipatía por los inmigrantes. Antes de la nominación el senador parecía apoyar una reforma migratoria justa, pero para lograr su candidatura en las elecciones primarias, cambió su pensamiento. Eso lo hacen todos.

Las campañas acusan a uno y a otro de que empeorará la recesión. Ya esto está jodido y para arreglarlo se necesitarán numerosos Obamas y McCains, pero, ante todo, mucho sacrificio y austeridad del pueblo.

Lo que deberían hacer los dos candidatos es parar los ataques, diciendo lo malo del contrincante. Que yo recuerde en Estados Unidos no se ha visto una contienda presidencial tan llena de oprobios e ideas extremas. Mas bien que nos digan qué harán para sacarnos del hoyo donde, dirigentes como ellos y banqueros codiciosos, nos lanzaron sin compasión.

¿Para qué quieren asumir la responsabilidad de dirigir un país en bancarrota? ¿Qué será lo que quieren? La ficción va y viene porque esas dos fuerzas que luchan por gobernar al país más poderoso del mundo, encubren intereses particulares. Esa es la realidad de la política en cualquier parte del mundo.

De lo que sí estoy seguro es que cuando llegue uno de ellos a Washington se olvidará de sus promesas para salvarse él y salvar a sus amigotes que ayudaron a abrirle las puertas de la Casa Blanca.

Raúl Benoit
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Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

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