Con alma de pistoleros

Para no dejar de vender armas, la propia Asociación Nacional del Rifle propuso algo descabellado: armar al personal en las escuelas y darles entrenamiento a los maestros. Es decir, educar a los niños en un ambiente agresivo.


Me decía un experto en seguridad, que entrenaba a personas en peligro sobre técnicas de defensa y de tiro al blanco, que quien porta un arma debe estar dispuesto a usarla.

Las personas creen que poseer una les da poder y cierto grado de tranquilidad, sin embargo, yo nunca pude adaptarme a vivir con ellas, aunque en ocasiones me salvaron la vida. Las usé para mi custodia personal en Colombia, por las amenazas que me hizo el narcotráfico y grupos de corruptos en el gobierno.

Al salir del país, entregué todo el arsenal en una campaña que hizo el entonces alcalde de Bogotá Antanas Mockus para construir un monumento a la paz. En ese momento sentí alivio. Solo una persona que ha vivido la violencia sabe lo diabólicas que son las armas.

Desde que estoy viviendo en los Estados Unidos me intriga la pasión que siente la mayoría de ciudadanos de este país, que veneran las armas en forma casi obsesiva.

He viajado por pueblos de Texas, donde la gente anda con revólver o pistola al cinto, como en las películas del viejo oeste americano y al ver a esos vaqueros, en vez de sentir curiosidad y admiración, me produce escalofrío.

El colmo de ese fervor por las armas, se vive en el pequeño poblado de Nelson, Georgia, donde una ordenanza de “protección familiar”, decretó la primera semana de abril, que sus 1,300 habitantes, están obligados por ley a tener un arma en casa. Lo extraño es que en ese pueblito solo hay un policía y prácticamente no hay delitos.

El alma de pistoleros, siempre ha estado latente en esta nación, desde que escribieron la segunda enmienda de la Constitución: el derecho a poseer armas.

Vender un fusil de asalto por menos de mil dólares, es un riesgo que la sociedad no debería correr. Cualquiera puede comprarlo en los Estados Unidos, presentando tan solo su licencia de conducir.

Es muy difícil que en esta nación con espíritu guerrerista y donde los fabricantes de armas tienen gran influencia política, el congreso adopte medidas reales y efectivas para controlar el uso y la posesión de armas. A raíz de la muerte de 20 niños y 6 adultos en una escuela de Connecticut, han hecho debates e intentan calmar a los ciudadanos que están en contra, pero por lo general gana la mayoría que desea tener protección para defenderse de enemigos reales o imaginarios.

El gobernador de ese estado firmó, igualmente en la primera semana de abril, una ley que yo considero blanda, la cual prohíbe algunas armas con recámara de gran capacidad y aunque muchos dicen que es una de las medidas más duras de la historia, la verdad es que son pañitos de agua tibia. Controlarán a los delincuentes condenados. Les tomarán huellas a los nuevos compradores. ¿Eso para qué sirve? Los que van a una escuela o a un centro comercial a disparar contra inocentes no propiamente tienen antecedentes criminales. El desquiciado que desea matar se las ingeniará para usar revólveres u otro armamento permitido por la ley.

Es difícil para el propio presidente Barack Obama ir contra el “privilegio” ganado a través de una enmienda constitucional escrita hace más de 220 años, cuando Estados Unidos vivía una época muy distinta a la del siglo 21.

También es difícil porque ciertos legisladores reciben ayuda financiera para sus campañas de la poderosa Asociación Nacional del Rifle. Desde los cuarteles generales en Fairfax, Virginia, este grupo hace lobby y paga para mantener sus derechos vigentes.

Por otra parte, algunos parlamentarios obtienen financiación secreta de los traficantes de la muerte.

Para no dejar de vender armas, la propia Asociación Nacional del Rifle propuso algo descabellado: armar al personal en las escuelas y darles entrenamiento a los maestros. Es decir, educar a los niños en un ambiente agresivo.

Otra recomendación para “reducir la violencia en las escuelas”, es crear un programa piloto con el propósito de detectar amenazas y problemas de salud mental entre los estudiantes.

A los primeros que deberían examinar siquiátricamente es a los miembros y directivos del susodicho grupo. También a los que con alma de pistoleros y con espíritu guerrerista, compran y guardan un arsenal en casa sin necesidad, como lo hizo la extraña madre del joven asesino de niños de Connecticut.

Raúl Benoit
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Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

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