Monstruos de los mangones de las redes sociales

Sé que para algunos padres es difícil seguir los pasos de sus hijos constantemente y advertir los peligros en las redes sociales. Los jóvenes sentirán invadida su privacidad, pero hay que empezar a vigilar, controlar y actuar.

Redes sociales y niños

En mi infancia, mi hermana y yo vivíamos aterrorizados por una advertencia de nuestros papás sobre un loco que supuestamente perseguía a niños en mi ciudad escondiéndose en terrenos baldíos, llamados mangones. Según ellos, cazaba, violaba y les chupaba la sangre a los pequeños. Le decían “el monstruo de los mangones”.

Nunca se comprobó la autenticidad de ese depredador y siempre sospeché que fue un invento de los padres en Cali, Colombia, para evitar que saliéramos a zanganear a la calle, especialmente en las noches.

Utilizaban esa leyenda urbana para impresionarnos. Pero lo que les voy a contar no es un mito callejero, sino una realidad actual.

Una amiga puso el grito en el cielo cuando por accidente se enteró que un “conocido” virtual de su sobrino de 11 años le pidió una foto y él se la mandó sin preguntar para qué.

El niño, rebelde y adicto a la Internet, después de la escuela se plantaba frente al computador, con la destreza que muchos de nosotros adultos no alcanzaremos jamás.

“Chateaba” y “guguleaba” (navegar por Google) sin control de la familia. Casi siempre solo. Cuando ella revisó el archivo del correo comprobó algo peor. Su sobrino tenía más fotos y estaba desnudo en casi todas.

Almacenaba un álbum con poses obscenas sugeridas por el degenerado “amigo virtual”. Al jovencito lo castigaron, pero los padres no consideraron que era una víctima inocente. Nadie le informó de las impúdicas intenciones que ocultan miles de cibernautas en la Internet, hoy día convertida en una puerta abierta desde el oscuro mundo de los enfermos sexuales, los monstruos de los mangones de la era digital, que entran a casa sin que la familia se percate.

Estos son depredadores reales. El plan del sucio elemento era encontrarse con el niño, prometiéndole un regalo, pero si accedía “a darle cariño”.

Como este, cientos de jovencitos caen en la trampa, más por ingenuidad que por ignorancia. Se exponen como pececitos ante los tiburones de la red cibernética que navegan para atrapar presas incautas, ante la imposibilidad o la desidia de los padres de controlar a sus hijos.

Uno de cada siete menores de edad recibe una proposición de tipo sexual de un depredador por la Internet. En 2008 las autoridades federales de Estados Unidos encausaron judicialmente a casi 2300 personas por pornografía infantil.

Con anuncios publicitarios el proyecto “Infancia Segura” del Departamento de Justicia, intenta ayudar a los papás a prevenir esta invasión inmoral de la privacidad del hogar. Los avisos saldrán en los medios de comunicación.

Lo primero que tenemos que hacer los padres es verificar qué sitios cibernéticos frecuentan los hijos y con quiénes tienen contacto habitual.

Una de las zonas más frágiles es Facebook, donde los “monstruos de los mangones” virtuales, recogen información de amistades y familiares, con la intención de aproximarse a los menores, usando datos válidos para persuadirlos de que son confiables. Pero la verdad es que encarnan aberraciones escalofriantes; son impostores enmascarados.

Lo más preocupante es que los niños y jóvenes no temen abrir las puertas cebernéticas, porque no ven el peligro inminente. Creen que la distancia y el engañoso anonimato de las autopistas virtuales, los hacen invulnerables.

Actúan con simplicidad y naturalidad, sin temer al riesgo de exponerse públicamente, dando datos privados y compartiendo información privilegiada familiar.

También desconocen que las autoridades, los empleadores y el propio gobierno, pueden utilizar, en su contra, los archivos que están ahí.

Sé que para algunos padres es difícil seguir los pasos de sus hijos constantemente y advertir los peligros. Los jóvenes sentirán invadida su privacidad, pero hay que empezar a vigilar, controlar y actuar. Más vale ponerse colorado una vez que descolorido toda la vida, como decía mi mamá.

Raúl Benoit
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Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

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