Mordaza a los que amordazan

Los periodistas debemos unirnos en torno a las libertades de prensa en Latinoamérica y ponerle mordaza a los que pretenden amordazarnos, defendiendo a colegas como Chamorro, libres, valientes y que dicen la verdad.

Censura periodistas

Primero comienzan sugiriendo; siguen con advertencias sutiles; pasan a censurar y a enseñar los dientes y si no surte efecto, la muerte es el recurso final.

Pero hay dos maneras de matar a una persona: asesinándola física o moralmente.

Para ejecutar la primera usan armas de calibres variados e incluso navajas, dándole un toque de crimen pasional. Para la segunda, difaman y desprestigian públicamente.

El periodista nicaragüense Carlos Fernando Chamorro enfrenta a verdugos que intentan matarlo moralmente, vilipendiándolo. Él es hijo de Pedro Joaquín Chamorro, director de La Prensa, inmolado en 1978 por esbirros del dictador Anastasio Somoza.

Carlos Fernando dirige el programa “Esta semana” en un canal de la televisión de su país. Allí reveló una extorsión extrajudicial en donde habrían participado funcionarios del gobierno de Daniel Ortega. La acusación no prosperó, pero el empresario que denunció el supuesto delito terminó acusado de calumnia e injuria y quien apoyó el caso, como el diputado Alejandro Bolaños, le quitaron arbitrariamente su escaño legislativo.

La venganza contra Chamorro incluye una campaña de infamia, atribuyéndole varios delitos: asociación para delinquir; narcotráfico, agresor de campesinos y mafioso roba-tierras. Esa propaganda se difunde a través de la radio y la televisión estatal, controlada por Rosario Murillo, la esposa de Ortega.

Similar ocurre en Venezuela, donde el bufón de América Hugo Chávez, amenaza a la prensa con quitar licencias. Los periodistas venezolanos se sienten perseguidos. Un estudio reciente mostró que por lo menos el 60% se autocensura

El miedo cunde y los aspirantes a dictadorzuelos ganan terreno para difundir la mentira y encubrir la corrupción.

Ortega también acusó a La Prensa de “traición a la Patria” cuando este diario informó sobre la visita de terroristas a Nicaragua, a quien el presidente elogió como “seis hermanos” de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia –FARC-. Seis hermanos asesinos, secuestradores y terroristas.

Nicaragua ha retrocedido a las peores épocas de la dictadura de Somoza, cuando las libertades se coartaban. Hay denuncias internacionales contra el gobierno, por presionar a canales de televisión para cancelar programas de opinión críticos e imputaciones por promover juicios contra directores de medios de comunicación, como ocurrió con el del diario La Prensa, en otro caso infame.

“La revolución, como el dios Saturno, acabará devorando a sus propios hijos”, dijo Pierre Victurnien, cuando era llevado inicuamente a la guillotina en 1792 en pleno fragor de la revolución francesa. Sin proponérselo parece haber condenando a todas las luchas sociales ulteriores.

En el caso de Ortega, ahora aburguesado y nepotista, borró de su memoria las bases socialdemócratas de su partido, haciendo caso omiso del objetivo primario de llegar al poder para acabar con los privilegios familiares, la violación de los Derechos Humanos y establecer la libertad. Persigue a sus antiguos aliados para silenciarlos, porque éstos evidenciaron su metamorfosis.

El Ortega de hoy representa a otra gente diferente a la que derrocó a Somoza en 1979. Personifica a un gobierno perverso que se extralimita, el cual extravió su camino.

Los periodistas debemos unirnos en torno a las libertades de prensa en Latinoamérica y ponerle mordaza a los que pretenden amordazarnos, defendiendo a colegas como Chamorro, libres, valientes y que dicen la verdad.

Raúl Benoit
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Raúl Benoit

Periodista y escritor colombiano de origen francés. Se ha destacado en televisión latinoamericana, como escritor de libros y columnista de periódicos del mundo.

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