Ni siquiera para heterosexuales ese privilegio se puede convertir en un mercado como ir a la tienda a comprar huevos.

El “amante bandido” se animó después de que su colega Ricky Martin lo hizo. Ambos tienen el derecho de procrear y formar una familia en un entorno saludable y normal.
Sin embargo, para muchos admiradores fue como un balde de agua fría al leer en el Twitter de Miguel Bosé: “Queridos tod@s, tengo una buenísima noticia que contaros: he sido papá de 2 niños preciosos que ayer cumplieron 1 mes. Se llaman Diego y Tadeo”.
Por una parte felicito a Bosé porque cumplió su deseo de ser padre a los 55 años, pero, por otra, lo critico debido a la forma que escogió para hacerlo, alquilando un vientre.
Hace menos de un año, Cristiano Ronaldo, el futbolista portugués, se hizo padre sin consultar a su novia, la rusa Irina Shayk, quien sospecho no hubiera aceptado la maternidad subrogada.
¿Pero cuál es el ejemplo que dan estos famosos?
El caso de Bosé ha levantado polvareda en las redes sociales. Muchos lo tacharon de inmoral y antinatural, porque dicen que es gay. Aunque en el pasado defendió su heterosexualidad, una ex novia reconoció saber que él ha tenido relaciones homosexuales. Bosé aclaró años después que es “trisexual”. No sé qué quiso decir con eso, pero allá él con sus gustos. A ciertos artistas les encanta jugar con la ambigüedad.
El problema no se trata de su “preferencia sexual” o como exigen que se diga: “orientación”. El conflicto es moral, respecto al método, no solo por el mercantilismo de mujeres que alquilan su vientre, sino por el egoísmo de las personas que desean ser padres sin medir las secuelas. ¿Quién defiende el derecho de un niño de tener un hogar con un padre y una madre?
Hace poco más de tres décadas nació el primer bebé por fecundación in vitro. Se calcula que a partir de entonces en el mundo han nacido alrededor de 3 millones. Muchos matrimonios o parejas han conseguido su deseo de ser padres. Pero desde hace algún tiempo las libertades permiten el alquiler de vientres para que solteros, lesbianas o gays solitarios, consigan su sueño de ser papás.
Ni siquiera para heterosexuales ese privilegio se puede convertir en un mercado como ir a la tienda a comprar huevos. Por esa razón, médicos y juristas reclaman leyes o controles. Dicen que deben regular códigos éticos para fijar límites y condiciones. En algunos países ya existen, pero aún hay vacíos legales.
Estados Unidos es donde hay más garantías vigentes, médicas y sociales y por eso quizás Miguel Bosé optó por alquilar un vientre aquí.
Para muchos lo más sensible del tema son las implicaciones emocionales.
Sé que algunos gays me van a tachar de homofóbico al preguntarles ¿cómo será el desarrollo emocional de los hijos criados por padres del mismo sexo?
Ciertos sicólogos admiten que como es un proceso en desarrollo no hay cifras sólidas que demuestren la influencia en las elecciones sexuales de sus hijos y que cada caso deberá ser analizado para evaluar las circunstancias que determinan un sano desarrollo.
Tendremos que esperar muchos años para estudiar sicológica y emocionalmente a los hijos del “amante bandido”, los de Martin y el de Ronaldo. Mientras tanto la calentura del alquiler de vientres se popularizará por ellos.
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