Sueño con una América habitada por gente que respeta, que no engaña, ni miente, ni difama. Que no mata los sentimientos y las ilusiones por la intransigencia de querer imponer su ley.
Tengo sueños recurrentes, en donde los personajes dan un giro, inesperado pero gratificante, en sus ideas y planes, convirtiéndose en verdaderos líderes de América. En mis sueños, varios de ellos decidieron propagar una renovada revolución pacífica, cambiando el destino de las naciones sometidas por tiranos.