Una dosis de cafeína con aspirina

Sabiendo esto, la industria farmacéutica que es como una mafia de drogas legales, se aprovecha de nosotros, lavándonos el cerebro, diciéndonos que los síntomas de dolores, además de los procesos biológicos que los pudieran estar provocando, también repercuten en nuestras emociones y el trabajo y que sentirlo es un aviso del organismo de que hay daños más graves. Por esa razón corremos a la farmacia y compramos cajas de analgésicos inútiles