Hace menos de 4 años, dos jóvenes descubrieron que la batería del IPod estaba programada para una vida corta y no ser reemplazada por el fabricante, obligando a comprar un aparato nuevo.
Las mujeres y hombres atléticos, por lo general esnobistas, alardean de llevar en sus manos la botellita plástica porque creen que eso les da clase y los pone en un nivel superior, argumentando que son deportistas y más “saludables” que el común de la gente. Ignoran adrede el daño que le hacen a la tierra y aunque promueven el vigor y la lozanía, les importa un bledo lo que pudiese pasar en el futuro a sus hijos y nietos.
Este plan, “el motor invisible de la sociedad de consumo”, ha sido investigado en un documental coproducido por la Televisión Española. Todo comenzó la navidad de 1924, en Ginebra, Suiza, cuando se creó en secreto el cartel mundial de la electricidad, llamado “Phoebus”, para controlar la producción de bombillas.
Sin lugar a dudas somos víctimas del comercio anárquico y creo que, en parte, los medios de comunicación (Mea culpa) debemos asumir responsabilidades por la publicidad alienante de la televisión y el consumismo excesivo que transmitimos.