La izquierda de Latinoamérica aprendió a ser capitalista usando la bandera socialista, lo cual es más rentable y sustancioso que seguir los parámetros del viejo socialismo cubano que tiene sumido en la miseria a su pueblo.
El modelo chavista demostró su fracaso más rápido que el cubano. Lo están viviendo hoy los venezolanos en carne propia y a un alto costo. No es un sistema social, sino populista y opresor, sin ninguna esperanza para el pueblo.
El problema no es la izquierda como tal. El peligro son los izquierdistas descarados que fingen luchar por el pueblo y llegan al poder a devastar las arcas del Estado.