Dice un proverbio chino que cuando bebamos agua debemos recordar la fuente, pero, hay quienes no reconocen de dónde brota su manantial de vida y son malagradecidos; olvidan el esfuerzo que hicieron sus progenitores con el fin de que ellos crecieran sanos, felices y fuertes para enfrentar el mundo. Al conseguir su propia vida, no vuelven a ver a los viejitos, abandonándolos en la soledad o en un ancianato como muebles viejos que no quieren mostrar.