Pero, estudios han demostrado que las víctimas guardan silencio por el pánico interior a ser apaleadas con más fuerza; también por miedo a perder su posición económica y social, o a ser vistas en la familia o la comunidad como cobardes y fracasadas. Asimismo pudiera ser aprensión a ser abandonadas y enfrentar una vida sola.
Hay quienes aseguran que para proteger a los niños de depredadores sexuales y padres abusivos todo se vale, pero ¿no es más dañino arrebatar a un hijo del hogar con el pretexto de protegerlo y después pedir disculpas ante una eventual equivocación?