En medio de la hostilidad, los policías tienen dos opciones: combatirlos con el riesgo de morir, o dejarse sobornar. Los delincuentes matan a los que ellos creen que protegen a una u otra organización y de paso amedrentan a los honestos.
Investigando, hallé varios casos similares de personas que fueron agredidas, vilipendiadas y humilladas por agentes de policía en Honduras, que nunca salieron a la luz pública, porque sus protagonistas, gente común o personas humildes, temían que tomaran represalias o nunca se investigara.