Solapadamente acostumbran a entorpecer el desarrollo normal de las actividades laborales o de la casa, para asumir falsos liderazgos, incrementando costos emocionales y económicos. En ciertas empresas, las irracionales decisiones disminuyen la producción; en casos urbanos perjudican la concordia ciudadana.
Después de reflexionar comprobé que los verdaderos arrogantes son los que se sienten superiores a los demás y por lo general, aquellos que tienen un poquito más que el resto de la gente. A todo nivel social, en todo país y de cualquier nacionalidad, siempre habrá alguien que humille al que cree debajo de su posición, mirándolo por encima de los hombros porque considera que es de poca calidad humana al tener menos que ellos.